Saltar al contenido

UN MUNDO FELIZ – ALDOUS HUXLEY

INTRODUCCIÓN

“En una sociedad tan bien organizada como la nuestra, nadie tiene la oportunidad de ser noble o héroe. Para que surgiera una ocasión para ello, las condiciones sociales deberían ser inestables”.

“No se pueden fabricar coches sin acero, y es imposible escribir tragedias sin inestabilidad social”.

Tal y como indica su título, la idea central de esta novela de Aldous Huxley publicada en 1933, es la felicidad. En concreto, la felicidad del individuo que le viene otorgada y ordenada por el estado. A cambio de…A cambio de algo muy importante, como veremos al final de estas líneas, tanto que es el contrapeso de la balanza en este texto que se mueve entre el ensayo y la narrativa.

Un mundo feliz es la primera novela distópica de entre las publicadas por los autores anglosajones del siglo XX y que, indiscutiblemente, han alcanzado las mayores cotas de popularidad entre el público lector. Estos textos son herederos y han estado influenciados por las obras utópicas que les precedieron, pero hay un aspecto que distingue a unas de otras y que da como resultado el diferente planteamiento que el lector encuentra cuando lee a Tomas Moro y su Utopía o se enfrenta al agobiante mundo de Orwell y, en especial, 1984. Este aspecto es el del control social, sin el que es imposible para el individuo que vive en esas sociedades futuras, alcanzar la felicidad.

EL AUTOR Y UN MUNDO FELIZ

Aldous Huxley es un autor conocido. Entre sus novelas más notables se encuentran Contrapunto (1928) y Un mundo feliz (1932) aunque publicó varias novelas más. Él mismo no se consideraba a sí mismo un novelista y hay algo de cierto en ello. En Un mundo feliz, por ejemplo, una buena parte de la novela consiste en la presentación de las características – a través de una muy tenue línea narrativa – de la sociedad en que se desarrolla el texto. Solo al llegar al momento en que irrumpe la presencia del Salvaje, se puede considerar que nos encontramos ante una verdadera trama con más interés argumental que informativo.  Y aun así, lo mejor son las amplias intervenciones dialogadas entre los protagonistas, en lo que parece un enfrentamiento entre dos posturas enfrentadas, que se encontraran en el propio autor, y las desdoblara frente al lector por medio de los personajes.

         Huxley, para escribir su novela, parte de situaciones que vivió, o eran noticia en su época y que él llevó novelizadas a su historia. Así el mundo llamado fordiano, es el mundo feliz. Recordemos que Henry Ford introdujo el concepto de trabajo en cadena, algo que Huxley utilizaría para crear sus castas de Alfas, Betas, etcétera que no son más que especialistas de un trabajo determinado desde su nacimiento. ¿Y cómo generaba estos biotipos de trabajadores? Mediante el condicionamiento…que tan en boga se encontraba  entonces, debido a los estudios, sobre todo, de Paulov y sus estudios sobre los reflejos condicionados.

         Huxley tenía conocimientos muy amplios de ciencia y los supo aplicar para crear esta distopía.

ARGUMENTO

Habría que situar el mundo feliz dentro de unos seisicientos años. En una sociedad muy avanzada tecnológicamente que se inicia con la presentación del Centro de Incubación y Condicionamiento por un grupo de estudiantes. En estos compases iniciales se explica como se crea la sociedad de castas (trabajadores especializados) mediante un sistema de condicinamiento de los embriones humanos y que da lugar a diferentes biotipos en función de su mayor o menor inteligencia, altura, complexión física etc. 

Este nuevo orden mundial surgió como consecuencia de una guerra. De entre sus características principales se destacan la velocidad (los ciudadanos Alfa disponen de medios aéreos para moverse en su día a día), el sexo ya no tiene una función reporductora sino de cohesión social, política, por lo tanto el amor ya no existe, los miedos, la angustia vital se elimina mediante una droga que combina alcohol y cristianismo lo que también ha hecho desaparecer las religiones. Es decir, es Un mundo feliz, en el que cada uno «ama lo que tiene que hacer» y si hay algún problema toma su dosis de droga, Soma, y ahí termina todo.

Más adelante, en la parte narrativa del libro, dos de los protagonistas acuden a una reserva de salvajes. En esta hay personas que no participan de los avances de la sociedad del mundo feliz, sino que viven como lo hacían los humanos atrasados de antes de la guerra (para situarnos, digamos que hacia el siglo XX de la era cristiana). 

Uno de estos salvajes sale de la reserva y, como un nuevo Viernes de Robinson Crusoe, va al Londres del mundo feliz. 

El contraste que se establece entre la visión utópica del joven y la realidad ante la que se encuentra, desenmascara definitivamente la farsa del Mundo Feliz.

CONCLUSIÓN

Un mundo feliz es una antiutopía. En ella apenas queda nada del espíritu inicial de la novela que inició el género. ¿Y ello por qué? Es seguro que en los cuatrocientos años que pasaron entre una y otra hubo cambios muy importantes en las sociedades que provocaron la gestación de estas novelas. Pero hay uno que por sí solo es suficiente para explicar el absoluto cambio de enfoque.

         Este es que, para cuando Huxley escribió su obra, las sociedades utópicas, en las que una clase dirigente, superior velase por la “felicidad” de sus ciudadanos, ya no eran una posibilidad, sino que se hicieron reales en la Europa del primer tercio del siglo XX.

         Tanto el comunismo como el fascismo fueron en su gestación, una posibilidad de Utopía para las sociedades humanas en que se engendraron y el resultado es el que todos conocemos y, unos más que otros, quieren reconocer y es el de  que la felicidad tiene un precio muy alto, este no es otro que el de la perdida de la libertad individual.                                             

 #novelasenvena

 Vicente García Campo

Podcast de Vicente García Campo y Luis Anchondo sobre «Un mundo feliz»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *